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miércoles, 3 de abril de 2013

La Moto: Solución a los problemas

Para muchos de nosotros la moto es algo más que un medio de transporte. Es un elemento de ocio, de deporte, de turismo. Un elemento excitante que nos permite compartir el tiempo con los amigos, con la pareja o incluso conocer gente. Vamos, una forma de plantearte la vida. Pero, además, es una excelente herramienta para dar solución a los problemas de movilidad urbana y no debemos olvidar que constituye un importante sector económico.
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La moto, desde el punto de vista de la sostenibilidad, es una de las mejores alternativas que existen para la movilidad privada en el entorno urbano y metropolitano. Una afirmación que admite pocas discusiones. Circulando, la moto ocupa –de media- tres veces menos espacio que un coche. De su mayor agilidad ya ni hablamos. Menor espacio y mayor agilidad son iguales a fluidez en el tráfico. Y a mayor fluidez menor tiempo empleado en desplazamientos. Una reducción que puede oscilar entre el 50 y el 70% para un mismo recorrido urbano.

Beneficios de todo tipo


Y es que según la Comisión Europea, en España, cada año perdemos alrededor de 450 millones de horas en atascos. Tiempo que se acaba detrayendo de la productividad económica y de nuestra vida personal. Que no todo es trabajar. ¿Y qué decir de los problemas de estacionamiento del coche? Ya no sólo por el coste, sino por el tiempo perdido en su búsqueda o porque los intentos suelen acabar con una multa.
Además, la moto es una alternativa que ya existe. No hay que inventar nada ni aplicar fuertes inversiones públicas (vías de alta capacidad, tranvías eléctricos en superficie, etc., etc., etc.)
Y es que el uso de la moto no sólo beneficia a los motoristas. También lo hace al resto de los conductores y al conjunto de la sociedad.


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En términos económicos el duelo entre el coche y la moto de pequeña/mediana cilindrada no resiste comparación. Por precio, por consumo de combustible y por costes de mantenimiento.
Si enfrentamos la moto al transporte público tampoco sale mal parada. Con esos 12,20 euros que cuesta –de momento- un bono de 10 viajes en Madrid podrás echarle casi ocho litros de gasolina a un buen escúter de 125 cc. Eso daría, más o menos, para recorrer 250 kilómetros; en tiempo, algo así como la mitad de una vida encerrado en un metro bajo tierra. Bromas a parte y para ser justos, faltarían sumar los gastos de mantenimiento, seguros, amortizaciones, etc. Aunque teniendo en cuenta los intangibles que ofrece la moto (rapidez, comodidad, practicidad, etc.), se podría decir aquello de: vaya lo uno por lo otro.

Medioambientalmente, la contribución de las motos al vertido de C02 a la atmósfera es prácticamente insignificante y disminuye año tras año

Y todavía pueden ayudar más a reducir los niveles de contaminación por el efecto reemplazo. Reemplazando el 6% de los turismos madrileños por motos, hasta llegar al 15% del total del parque, se reducirían las emisiones de NOX en un 4,00% y de NO2 en un 7,37%. 

Que la moto ayude a mejorar la movilidad y la calidad medioambiental en nuestras metrópolis debería ser tenido en cuenta como un elemento estratégico. De interés general. No descubrimos nada nuevo diciendo que la movilidad es uno de los pilares sobre los que se sustenta la prosperidad de las sociedades modernas.

Potencial como sector económico

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Tampoco deberíamos olvidar que la motocicleta ha sido uno de los sectores más dinámicos de nuestra actividad industrial. De glorioso pasado por tecnología, por ventas y por resultados deportivos, colaboró de forma significativa al prestigio exterior de España. Un sector que ha generado no pocos beneficios para la sociedad desde un punto de vista laboral y económico. Un sector que, tristemente, ha ido languideciendo con el paso de los años. 

Hay que recuperar esa actividad. Es importante para todos. Para nosotros los motoristas y usuarios que disfrutamos de ellas y para la sociedad en su conjunto por la importancia económica, laboral y de desarrollo tecnológico. España, por clima y por carácter, debería ser el paraíso de las motos.

Lo que no necesitamos son continuas modificaciones legales como las perpetradas durante estos últimos años por los gobiernos de turno. Cambios que no han hecho sino agravar todavía más las consecuencias derivadas de la crisis.

Fuente: Motos.net