Ya desde pequeño empecé a destrozar todo lo que pasaba por mis manos, abría los juguetes eléctricos, o con piezas mecánicas para ver “sus tripas” y cacharrear (fedellar). Como era de esperar, dado mi poco conocimiento y maña, los destrozaba al abrirlos y me quedaba sin mi juguete “móvil”, eso si tenia un bonito juguete rígido tuneado. Bendito tente que me enseño tanto.
Cierto día observando a mi padre descubrí lo más maravilloso del mundo del curioso “las herramientas”, no lo podía creer. Utensilios hechos por el hombre, que guardaban todo el conocimiento arcano de los gremios. Con palabras de otro mundo como desatornillador de estrella, plano, el martillo, los tornillos, cables eléctricos, regletas, pegamento, pistola de silicona, taladro…dios mío!!! Era la panacea, desde el kit del colegio no había visto nada parecido, tenia todo el mundo a mis pies.
De esta forma destripe el cinexin, coches con motorcillo o luces, teledirigidos o no, muñecos articulados, coches del scalextrix,… en fin que no se me resistía nada.
Con la edad y el entendimiento emprendí empresas más lejanas. De la curiosidad pase a la necesidad; ¿qué algo no funciona? pues lo abro y observo, si me suena su mecanismo, lo intento arreglar; si todo parece un pantallazo verde de matrix ahí lo dejo. Eso si como me de la neura lo acabo de finiquitar yo mismo.
He cambiado los juguetes por los electrodomésticos. Las entrañas de los televisores, hornos, neveras, lavadoras, radios, microondas, consolas, ordenadores… ya no tienen secretos para mi y se abren mostrándomelo todo. Soy el voyeur eléctrico-doméstico.

Cuando acabe de documentarme seré peligroso, así que, por favor no me invitéis a vuestras casas, no me hago responsable. Somebody save me!!!